El testamento del pescador

Lo que dijo Benedicto XVI sobre el infierno

Posted by El pescador en 13 febrero 2008

La semana pasada hubo un gran revuelo por las palabras de Benedicto XVI sobre el infierno durante el encuentro con los párrocos y el clero de la ciudad de Roma, el día 7.

Aquí ofrezco mi traducción de la pregunta y la respuesta en cuestión (original en italiano; traducción mía):(Don Pietro Riggi, salesiano del Barrio de los Muchachos Don Bosco)Santo Padre, trabajo en un oratorio y en un centro de acogida para menores en riesgo. Le quiero preguntar: el 25 de marzo de 2007 Usted hizo un discurso espontáneo, lamentándose cómo hoy se habla poco de los Novísimos. En efecto, en los catecismos de la Cei [Conferencia episcopal italiana] usados para la enseñanza de nuestra fe a los muchachos de confesión, comunión y confirmación, me parece que han sido omitidas algunas verdades de fe. No se habla nunca del infierno ni del purgatorio, una sola vez del paraíso, una sola vez del pecado, únicamente del pecado original. Al faltar estas partes esenciales del credo, ¿no le parece que se derrumba el sistema lógica que lleva a ver la redención de Cristo? Al faltar el pecado, al no hablar del infierno, también la redención de Cristo llega a ser disminuída. ¿No le parece que se ha favorecido la pérdida del sentido del pecado y por tanto del sacramento de la reconciliación y la misma figura salvífica, sacramental del sacerdote que tiene el poder de absolver y de celebrar en nombre de Cristo? Hoy por desgracia también nosotros los sacerdotes, cuando en el Evangelio se habla de infierno, regateamos el Evangelio mismo. No se habla de ello. O no sabemos hablar de paraíso. No sabemos hablar de vida eterna. Corremos el riesgo de dar a la fe una dimensión sólo horizontal o bien demasiado distante, la horizontal de la vertical. Y esto por desgracia en la catequesis a los muchachos, si no en la iniciativa de los párrocos, en la estructura maestra, viene a faltar. Si no me equivoco, este año se celebra también el vigésimo quinto aniversario de la consagración de Rusia al Corazón inmaculado de María. Para la ocasión ¿no se puede pensar en renovar solemnemente esta consagración al mundo entero? Ha caído el muro de Berlín, pero hay tantos muros de pecado que deben caer todavía: el odio, la explotación, el capitalismo salvaje. Muros que deben caer y aún esperamos que triunfe el Corazón inmaculado de María para poder realizar también esta dimensión. Quiero también notar cómo la Virgen no ha tenido miedo de hablar del infierno y del paraíso a los niños de Fátima, que, viene al caso, tenían la edad de los niños del catecismo: siete, nueve y doce años. Y nosotros en cambio omitimos esto. ¿Puede decir algo más sobre esto?

Usted ha hablado justamente sobre temas fundamentales de la fe, que desgraciadamente aparecen raramente en nuestra predicación. En la Encíclica Spe salvi he querido justamente hablar también del juicio último, del juicio en general, y en este contexto también sobre purgatorio, infierno y paraíso. Pienso que nosotros todos estamos aún siempre golpedos por las objeciones de los marxistas, según los cuales los cristianos han hablado sólo del más allá y han descuidado la tierra. Así queremos demostrar que realmente nos empeñamos por la tierra y o somos personas que hablan de realidades lejanas, que no ayudan la tierra. Ahora, aunque sea justo mostrar que los cristianos trabajan por la tierra —y nosotros todos estamos llamados a trabajar para que esta tierra sea realmente una ciudad para Dios y de Dios— no debemos olvidar la otra dimensión. Sin tenerlo en cuenta, no trabajamos bien por la tierra. Mostrar esto ha sido uno de los objetivos fundamentales para mí al escribir la Encíclica. Cuando no se conoce el juicio de Dios, no se conoce la posibilidad del infierno, del fracaso radical y definitivo de la vida, no se conoce la posibilidad y la necesidad de la purificación. Entonces el hombre no trabaja bien por la tierra porque pierde al final los criterios, no conoce más a sí mismo, al no conocer a Dios, y destruye la tierra. Todas las grandes ideologías han prometido: nosotros tomaremos en la mano las cosas, no descuidaremos más la tierra, crearemos el mundo nuevo, justo, correcto, fraterno. En cambio, han destruído el mundo. Lo vemos con el nazismo, lo vemos también con el comunismo, que prometieron construir el mundo tal como habría debido ser y, en lugar de eso, destruyeron el mundo.

En las visitas ad limina de los Obispos de países ex comunistas, veo siempre de nuevo como en aquellas tierras han quedado destruídos no sólo el planeta, la ecología, sino sobre todo y más gravemente las almas. Volver a encontrar la conciencia verdaderamente humana, iluminada por la presencia de Dios, es la primera labor de reedificación de la tierra. Esta es la experiencia común de esos países. La reedificación de la tierra, respetando el grito de sufrimiento este planeta, se puede realiar sólo volviendo a encontrar en el alma a Dios, con los ojos abiertos hacia Dios.

Por eso Usted tiene razón: debemos hablar de todo esto justamente por responsabilidad hacia la tierra, hacia los hombres que hoy viven. Debemos hablar también y justo del pecado como posibilidad de destruirse a sí mismo y así también a otras partes de la tierra. En la Encíclica he tratado de demostrar que precisamente el juicio último de Dios garantiza la justicia. Todos queremos un mundo justo. Pero no podemos reparar todas las destrucciones del pasasdo, todas las personas injustamente atormentadas y matadas. Sólo Dios mismo puede crear la justicia, que debe ser justicia para todos, también para los muertos. Y como dice Adorno, un gran marxista, sólo la resurrección de la carne, que él considera irreal, podría crear justicia. Nosotros creemos en esta resurección de la carne, en la cual no todos serán iguales. Hoy se ha acostumbrado a pensar: qué es el pecado, Dios es grande, nos conoce, por tanto el pecado no cuenta, al final Dios será bueno con todos. Es una bella esperanza. Pero existe la justicia y existe la verdadera culpa. Con aquellos que han destruído al hombre y la tierra no pueden sentarse inmediatamente a la mesa de Dios junto con sus víctimas. Dios crea justicia. Debemos tenerlo presente. Por eso me parecía importante escribir este texto sobre el purgatorio, que para mí es una verdad tan obvia, tan evidente y tan necesaria y consoladora que no puede faltar. He tratado de decir: quizá no son tantos aquellos que se han destruído así, que son insanables para siempre, que no tienen más algún elemento más sobre el cual pueda sostenerse el amor de Dios, no tienen más en sí mismos una mínima capacidad de amar. Esto sería el infierno. Por otra parte, son ciertamente pocos —o de todas formas no demasiados— aquellos que son tan puros que puedan entrar inmediatamente en la comunión de Dios. Muchísimos de nosotros confían que haya algo sanable en nosotros, que haya una voluntad final de servir a Dios y de servir a los hombres, de vivir según Dios. Pero hay tantas y tantas heridas, tanta porquería. Tenemos necesidad de ser preparados, de ser purificados. Esta es nuestra esperanza: incluso con tantas porquerías en nuestra alma, al final el Señor nos da la posibilidad, nos lava finalmente con su bondad que viene de su cruz. Nos hace así capaces de ser eternamete para Él. Y así el paraíso es la esperanza, es la justicia finalmente realizada. Y nos da también los criterios para vivir, para que este tiempo sea de alguna manera un paraíso, sea una primera luz del paraíso. Donde los hombres viven según estos criterios, aparece un poco de paraíso en el mundo, y esto es visible. Me parece también una demostración de la verdad de la fe, de la necesidad de seguir el camino de los mandamientos, de los cuales debemos hablar más. Estos son realmente indicadores de camino y nos muestran cómo vivir bien, cómo elegir la vida. Por eso debemos también hablar del pecado y del sacramento del perdón y de la reconciliación. Un hombre sincero sabe que es culpable, que debería volver a comenzar, que debería ser purificado. Y esta es la maravillosa realidad que nos ofrece el Señor: hay una posibilidad de renovación, de ser nuevos. El Señor comienza con nosotros de nuevo y nosotros podemos volver a comenzar así también con los otros en nuestra vida.

Este aspecto de la renovación, de la restitución de nuestro ser después de tantas cosas equivocadas, después de tantos pecados, es la gran promesa, el gran don que la Iglesia ofrece. Y que, por ejemplo, la psicoterapia no puede ofrecer. La psicoterapia hoy está tan difundida y es tan necesaria frente a tantas psiques destruídas o gravemente heridas. Pero la posibilidad de la psicoterapia son muy limitadas: puede buscar sólo un poco de volver a equilibrar un alma desequilibrada. Pero no puede dar una verdadera renovación, una superación de estas graves enfermedades del alma. Y por eso permanece siempre provisional y nunca definitiva. El sacramento de la penitencia nos da la ocasión de renovarnos hasta el fondo con la potencia de Dios —ego te absolvo— que es posible porque Cristo ha tomado sobre sí estos pecados, estas culpas. Me parece que esta es justamente hoy una gran necesidad. Podemos volver a ser sanados. Las almas que están heridas y enfermas, como es la experiencia de todos, tienen necesidad no sólo de consejos sino de una verdadera renovación, que puede venir sólo del poder de Dios, del poder del Amor crucificado. Me parece esto el gran nexo de los misterios que al final inciden realmente en nuestra vida. Debemos nosotros mismos volver a meditarlos y hacerlos llegar así de nuevo a nuestra gente.

11 respuestas to “Lo que dijo Benedicto XVI sobre el infierno”

  1. Lori said

    Hola, quería agradecerle por la información que me ha brindado.
    He visto por su dominio y la velocidad de carga es envidiable,
    muchas gracias por la calidad de navegación para los internautas

    Estoy impactado de saber que se puede localizar este artículo de información con tanta profesionalidad y comprensión en el tema tratado.

    Con gusto voy a proceder a suscribirme a su blog
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    Agradecido estoy por dedicarse unos minutos en mirar mi comentario,
    se le desea una buena semana.

  2. Anónimo said

    el infierno si existe y deberia divulgarse mucho sobre este tema pues se trata de la eternidad de nuestra vida y no de esta vida que es pasajera y efimera que es como las grandes olas que se levantan y luego desaparecen. Despierten y no esten durmiendo,abran los ojos y vean. Que Dios los bendiga a todos

  3. GLADYS said

    El infierno existe,el hecho de no poder sentir a DIOS su amor,su ternura,la protección de Padre que nos brinda dia a dia ya estamos en presencia del infierno estamos vacios,doloridos cansados,tristes,orgullosos,sin amor,el dinero domina al hombre como asi tambien el poder sobre su hermano ,como humanidad es asi como caminamos este mundo.Como es posible que como hermanos cristianos catolicos hijos de DIOS veamos como se desgarran de dolor muchisimos pueblos ,hambre, miseria,tristesa,guerras y no estemos luchando todos unidos,si unidos el mundo entero en nombre de Dios para desterrar el odio,el egoismo,el placer,el dinero,el aborto,somos cristianos pero cristianos egoistas tengo a DIOS solo para mi pero no veo a mi hermano entonces estamos tambien en presencia del infierno porque DIOS nos enseño a amar ,salir de nuestra comodidad,lujos,y ponernos a ayudar a tantas almas perdidas a encontrar la luz de nuestro SEÑOR JESUCRISTO.Que cuando estemos en su presencia no nos encuentre con las manos vacias porque alli perderemos para siempre la posibilidad de vivir con el en su amada presencia ya que no demostramos ser sus hijos de verdad,hablar es facil,poner en practica las palabras eso eso es lo que cuesta y hablo de todos en general desde el papa,obispos,sacerdotes,laicos todos juntos.Perder a DIOS,que el nos aparte de su presencia eso es el infierno el tormento del alma por no estar junto a su PADRE,apartados de la paz,del amor,de la ternura.DIOS es un PADRE justo vamos a tener lo que nos merecemos segun nuestras obras y en ellas incluyo el pecado personal de cada uno,el infierno es no poder,sentir a DIOSy el alma se desespera por estar con su PADRE como un niño en medio de la oscuridad busca a su PADRE para no sentir miedo porque en sus brazos se siente protegido.DIOS ES AMOR pero tambien es un JUSTO JUEZ no hay amor sin ley y el deber de cumplirla ,si DIOS no nos amara jamas nos ubiera dejado los mandamientos que son las leyes que debemos cumplir,si queremos, somos libres de elegir.

  4. Santiago Juarez said

    Creo firmemente que el infierno existe, y que hay que hablar de esta realidad. Me parese fenomenal lo que el papa Benedicto ha dicho al respecto. Creo que en las homilìas es conveniente hablar de estos temas siempre y cuando las lecturas se orienten un poco al tema, porque el mensaje o el tema serà diferente en cada homilìa, pues tiene que partir de las lecturas y las lecturas no siempre son las mismas. ahora lo que serìa fundamental es, que se habran espacios de formaciòn para los feligreses, en las diòcesis, en las parroquias, en las comunidades, creo que allì serà el canal mediante el cual podemos formar a las personas.

  5. David said

    Claro que existe el infierno. Dios nos hizo libres y respeta nuestra libertad. Dios no hizo el infierno; lo creamos nosotros mismos cuando nos alejamos del amor. Ya, desde ahora, experimentamos el infierno cuando nos alejamos de Dios y de los hermanos. ¿No es acaso un infierno el que vive una familia que no se ama? ¿No es un principio de infierno cuando alguien odia?… Dios nos hizo para por amor y para el amor. Pero podemos rechazar ese amor: eso es principio del infierno. Dios nos libre de caer en el infierno eterno.

  6. carlos lopez said

    le doy gracias a Dios por conocer la verdad , y quitarme la benda que tenia , y poder ser verdaderamente libre .
    el infierno es real , no podemos colocar la palabra de Dios en tela de juicio por la de los hombres .
    estos personjes le siguen ocultando la verdad a la humanidad para que juntamente con ellos en el dia del juicio partan al mismo infierno .
    Jesucristo dijo son estratagema de hombres para engañar a la gente , siegos guiando siegos

  7. Diorkis Sampayo said

    Le doy las gracias a Dios que hoy he podido leer estos parrafos refiriendose a la existencia del infierno tal afirmacion hecha por el Santo Papa..he llegado aqui porque ando en busca de imagenes de la Virgen Maria para mi la pantalla de mi computadora y de mi celular…yo soy Mariana,amo a la virgen..Les envio mi bendiciones y me encanta esta pagina.Dios les guie!

  8. Javier Uria said

    Lo que Benedicto XVI nos comunica esta en total comunion con lo que Juan Pablo II dijo sobre el mismo tema, claro esta, y lo digo con tristeza, que por ignorancia teologica por internet se quiera confrontar a los dos Papas por manipulación de lenguaje.
    Tanto Benedicto como Juan Pablo nunca hablan de un lugar GEOGRÁFICO del cielo, infierno y purgatorio sino que esta relidad es un estado del alma (Juan Pablo II) y que este estado del alma existe y es eterno (Benedicto XVI).
    El ejemplo del nazismo y comunismo nos da una idea de lo que pasa hoy con nuestro mundo, ya que frente a toda doctrina aparentemente buena y justa como la aseptacion de la homosexualidad disfrasado como derecho de libertad del hombre,el derecho de desidir sobre el «propio cuerpo» cuando se trata del aborto, la libre sexualidad como exprecion de amor, etc, etc,hoy es pretexto por el cual se disminuye al maximo el pecado y se justifica nuestros pecados como en otro tiempo fue el comunismo y el nazismo.frente a ello los Papas nos advierten claramente sobre la importancia de defender los valores cristianos, pero desgraciadamente la información inventa polémica mas que buscar debate.

  9. jose said

    los que no creem em el infierno son los que mas ahi dice padre carlos cancelado.
    teman por que el infierno es eternidad ciempre para siempre……………….cambia de vida

  10. VICTOR said

    el infiern existe crea o no

  11. lo cierto es que el pecado no se poe de manifiesto atraves solo del capitalismo,de la guerra,de la anarquia….porque no mencionan tambien sus predicas acerca de la fornicacion?de el adulterio?de las borracheras?de la brujeria ,de la homosexualidad,de la entira de la idolatria ?el clero papal esta acostumbrando al pueblo de Dios a la lisonja a hacerle oir solo lo que ellos quieren oir..y no les dicen que los que practican tales obras iran al infierno de la misma forma que los qu causan guerras ,capitalistas explotacion etc?=para Dios no hay pecado chico..para Dios pecado es pecado y quien practica el pecado y no se arrepiente va derecho al infierno,,,,despierten prediquen acerca del infierno como realidad,como lugar de tormento eterno,no existe el purgatorio..existe el Seol el Hades,predique quer una vez muertos no habra retorno ni purgatorio a la espera de ser lanzado a la tierra nuevamente..al no predicar del infierno..no dejan fluir la gracia de Dios y el sacrificio de Cristo disminuye tb quedando relegado a ser solo una estatua colgada en una iglesia cada domingo en la misa…

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