La devoción a la imagen de Cristo con la cruz, los Nazarenos, que tanto abundan, tienen su origen en la Orden de los carmelitas descalzos. En Jaén, Nuestro Padre Jesús Nazareno «El abuelo» procede del extinto convento de San José, de carmelitas descalzos, lo mismo que la imagen de Mancha Real tiene su origen en el convento de dicha localidad que fundó San Juan de la Cruz.
Este santo reformador y místico carmelita es precisamente el origen de esta devoción, cuando fue Prior en Segovia en los años 1588-1591. Un día se encuentra con una pintura algo abandonada que representa a Jesús Nazareno cargado con la cruz. Decide darle mayor dignidad, lo arregla, prepara un altar, lo decora con flores y cera y será su lugar de oración a partir de ese momento. Estando un día delante, Fray Juan escucha unas palabras: “Fray Juan, pídeme lo que quisieres por estos trabajos que me has hecho”. A lo que el Santo respondió: “Señor, padecer y ser despreciado”. Y así comenzó la última parte de la vida del Santo, de sufrimientos y rechazos.
Aquella escena de Segovia comenzó a difundirse en los grabados de sus obras escritas, y a difundirse entre los conventos. Desde aquí todas las casas querran contar con una imagen de Jesús Nazareno, bien de pie, o caído bajo el peso de la cruz, mostrando su humanidad más profunda. Y muchas hermandades se fundan en los conventos carmelitas descalzos aún mientras vive el Santo, así la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Jaén, el popular Abuelo, hacia 1588. Pocos meses después la de Mancha Real y la de Alcaudete.